La cojera en el niño

23.06.2020 00:00

La cojera en el niño nunca es normal, es uno de los síntomas más frecuentes que encontramos en la consulta de ortopedia. Bajo su aparente simplicidad se esconden un variado número de enfermedades, en donde la cadera dolorosa es la causa principal. Mayormente están relacionados con pequeños traumatismos, actividad física excesiva o enfermedad intercurrente. Las probables causas son osteoarticulares, de parte blandas (tendinosas, musculares, tejido subcutáneo), neurológicas (centrales o periféricas) y psicógenas.

La gran mayoría de la veces, el paciente es llevado por la consulta días después de iniciada la cojera.

Son muchas las patologías que pueden estar asociadas a la marcha claudicante en el niño:

En los menores de 10 años podemos tener la sinovitis de cadera, artritis séptica, osteomielitis, luxación o subluxación de cadera, tumores músculo esqueléticos, discrepancia de longitud de los miembros inferiores, generalmente asociada a malformaciones congénitas, enfermedad de Legg-Calve-Perthes, artritis reumatoides infantil, fracturas, etc.

En pacientes mayores de 10 años, además de los cuadros infecciosos y neoplasias, podemos encontrar epifisiolisis de la cadera, osteocondritis en tibia y tarso, etc.

Al examen físico el niño presenta impotencia funcional mas marcada durante la marcha, mejorando con el reposo. El miembro tiende a adoptar una posición donde minimiza el dolor “posición antálgica”, en la cual el miembro se encuentra en abducción, rotación externa y flexión.

La cojera se produce por acortamiento del apoyo del miembro afecto. A veces no existe la cojera pero existe dolor localizado en la región inguinal. El dolor puede referirse a la rodilla.

Es muy importante durante el interrogatorio a los padres, conocer el tiempo de evolución del dolor, antecedentes (traumáticos o infecciosos) antes de iniciarse la cojera, buscar afectación de otras articulaciones.

La evidencia de atrofia muscular en los miembros inferiores durante el examen físico, nos orienta hacia un problema que puede tener días de instaurado. Se explorara la amplitud de los movimientos funcionales de las articulaciones coxo femorales, rodillas y tobillos. La presencia de fiebre, nódulos ganglionares y esplénicos

La indicación de estudios radiológicos (caderas, miembros inferiores), ecosonogramas y laboratorio, nos permitirá orientar el diagnóstico. 

Consulte a su pediatra u ortopedista, evite la automedicación.